A la censura ¡Nunca más!

Cubrimos el mural del frente de la sede del Instituto de Previsión Social para simbolizar un acto de censura a partir del cual se genere un espacio de reflexión.

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La imagen del mural que sintetiza la institucionalización de las políticas públicas previsionales en nuestro IPS, compuesto por trabajadores activos y jubilados, por pensionados y pensiones sociales, y por los subsidios que hacen justicia ante la falta de cobertura previsional en casos especiales. La institucionalidad, los integrantes del sistema y el trabajo como articulador, se ocultan a la sociedad. La tela negra simboliza las oscuras políticas de censura cultural.

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El plan sistemático de desaparición forzada de personas tuvo como complemento simbólico la censura. Así la desaparición forzosa de los cuerpos tuvo como correlato la desaparición del pensamiento, de las ideas, de la crítica, del reclamo, de la libertad.

La censura no solo era la prohibición de algo, tenía objetivos más profundos. Los mecanismos de la censura eran aparentemente irracionales pero todas las acciones del gobierno ilegitimo eran pensadas, no había ignorancia en su planificación ni en su ejecución. Podían prohibir palabras, discursos, imágenes, símbolos, obras de arte, generando confusión y miedo. Ese temor operaba disciplinando. El límite entre lo que se podía y lo que no se podía era difuso. Así las personas en todos los ámbitos, ejercían la autocensura, por el temor a represalias de la dictadura.

A la vez que intentó borrar todo un universo cultural etiquetándolo como perjudicial a través de categorías cancelatorias tales como “subversivos”, intento también legitimar un nuevo modelo cultural sesgado a la medida de sus aspiraciones políticas y económicas.

“…Contrariamente a una creencia vigente hasta hoy, según la cual la censura o la quema de libros eran actos más bien irracionales realizados por militares sin conocimiento ni capacidad de evaluar las producciones culturales, los informes fueron realizados por personal calificado, según un plan sistemático, político, de represión y producción cultural: se asignaron estas tareas a sociólogos, abogados, profesores de universidades católicas y especialistas en diversas áreas del conocimiento, los que pertenecían al “núcleo social procesista” que no necesariamente integraba el gobierno militar.”

“Mayo de 1976. A dos meses del golpe, una ristra de comunicados y proclamas. Un momento de densidad discursiva, de arriba hacia abajo. Francisco Carcavallo, Subsecretario de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, presentaba un plan. Y hacía una advertencia: “La cultura ha sido y será el medio más apto para infiltración de ideologías extremistas. En nuestro país, los canales de infiltración artístico-culturales han sido utilizados a través de un proceso deformante basado en canciones de protesta, exaltación de artistas y textos extremistas. Así logran influencia”

                       Extractos de Censura cultural y dictadura Por Verónica Delgado, Margarita Merbilháa, Ana Príncipi, Geraldine Rogers

Este 24 de marzo queremos honrar a los trabajadores del IPS desaparecidos, Graciela Jurado, Sergio Trinidad Paniagua y Emilio Ogando, generando un espacio de reflexión entre sus pares y la sociedad.  

A tal fin compartimos el articulo original “Censura cultural y dictadura” publicado por la revista “Puentes” de la Comisión por la memoria y una versión ilustrada con guía para actividades en escuelas.

https://www.comisionporlamemoria.org/archivos/jovenesymemoria/bibliografia_web/ejes/cultura_delgado.pdf

https://www.comisionporlamemoria.org/archivos/educacion/educacion-y-memoria/12.pdf

¡30.000 detenidos desaparecidos presentes!